Actualmente hay coches interesantes de probar, pero he de admitir que el BMW i3 ha puesto el listón bien alto. Probablemente sea uno de los eléctricos más llamativos del mercado en este momento y nuestra unidad lo es más todavía gracias a una pintura Solar Orange con acentuación Frozen Grey cuyo sobrecoste es de 800 euros, pero es espectacular. Añadido a este color, hay otro repartido por toda la carrocería: el negro en lo que BMW llama ‘Black Band’. Ocupa el capó, el techo y la parte trasera del coche y su contraste le sienta francamente bien. También tenemos unas preciosas llantas de 20 pulgadas (+1.400 euros) con neumáticos mixtos: 155/60 delante y 175/55 detrás. Sin duda, su diseño de 5 radios es el más atractivo del catálogo.
Las medidas del coche asustan un poco. Es bastante alto (1.578mm) aunque no es largo (3.999mm). No llega a los 4 metros por la mínima. La anchura no me preocupa, pero sus 1.775mm sin espejos le otorgan unbuen espacio interior para 4 personas. Estoy impresionado porque el capó es muy corto y visto desde el frontal, el coche transmite energía. Bajó el capó hay un pequeño cofre aunque no tiene mucha capacidad. Nuestro BMW i3 Viene equipado con faros LED (950 euros) aunque sólo actúan sobre la luz de cruce. Para las largas equipa halógenos y la luz proviene del faro inferior (los que parecen antiniebla). Además, es mejorable frente a las potentes luces cortas. Las ventanillas no mantienen unas proporciones armónicas, sino que las traseras se expanden para luego volverse a estrechar al final del vehículo. Rompe un poco con el diseño convencional y parece el de un prototipo. ¡Y cómo nos gustan los prototipos! En la parte trasera, las luces se ocultan tras un vidrio negro que ocupa todo el portón del maletero y la sensación es, a partes iguales, tan espectacular como de miedo a que se rompa.
Las puertas se abren en sentidos opuestos, (incluso el tirador de las delanteras, se abre al revés) y para cerrarlas hay que hacerlo bien: primero la trasera y luego la delantera. No existe el pilar central así que esto facilita mucho la entrada y la salida de los pasajeros pero hay que pensar en el BMW i3 como un coche de 2 puertas con acceso cómodo a las plazas traseras. Me explico: por el tipo de apertura de puertas y porque los cinturones del conductor y copiloto van alojados en las puertas traseras, siempre que un pasajero trasero quiera bajar del vehículo, la persona de delante tendrá que bajar primero. Precisamente como en un coche de dos puertas. Sin embargo el acceso desde fuera es cómodo y se puede hacer de forma independiente. Bajo el tapón del 'depósito', encontramos un conector para una recarga convencional y para una recarga rápida (opcional) que tiene un recargo de entre 1.016 euros y 1.525 euros dependiendo de si es corriente alterna o corriente continua.
El interior es un mundo desconocido. Ya no sólo para BMW, sino en general. Es un coche tan especial como lo son sus materiales. En las molduras de entrada se aprecia la fibra de carbono. ¡Qué buen detalle! En las puertas vemos el uso de materiales reciclados como la fibra de Kenaf y en el salpicadero, madera de eucalipto. Nuestra unidad viene equipada con el mundo interior BMW i Suite (+3.000 euros), que incluye una tapicería marrón de cuero tratado y con un tacto bastante agradable.
Hay espacio para 4 pasajeros con asientos independientes, muy lujoso y práctico. No existe túnel central gracias al alojamiento de las baterías y en la zona delantera encontramos una unión entre la zona del pasajero y conductor. Tanto es así que sólo hay una alfombrilla unida. El volante es de dos radios y es multifunción. Tenemos, entre otras cosas, mucha tecnología, como una cámara de marcha atrás que se sitúa en una zona delicada del paragolpes trasero, un control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento, sistema de navegación Professional y otros elementos que merecen un capítulo aparte. Tras el volante hay una pantalla que realmente es un display en vez de un cuadro de instrumentos. Nos da información muy útil, como la energía restante, la velocidad a la que circulamos o si estamos siendo eficientes o por el contrario estamos gastando batería mediante un sencillo sistema de barras. Por otro lado, el sistema de navegación Professional queda en una posición flotante sobre el salpicadero. Es más bien un elemento de diseño que queda francamente bonito.
Entre ambos asientos encontramos el conmutador iDrive táctil y el manejo es idéntico a otros BMW. También encontramos los modos de conducción en esta zona. En esta ocasión, el más potente es el confort y de ahí podemos seleccionar el modo ECO PRO y un modo ECO PRO + que busca la máxima eficiencia y nos deja sin climatizador, por ejemplo, que por cierto es de 1 zona. El freno de mano es electromecánico como no podía ser de otra manera. Hay un techo solar (+1.000 euros), aunque desde el interior parece estar dividido en dos secciones. Es engañoso porque lo cierto es que se trata de una sola pieza. Hablando de iluminación, el interior está adornado con la iluminación ambiente que puede seleccionarse de dos colores. Blanca (modo Modern) o anaranjada (modo Classic). Se reparte por todo el vehículo y este tipo de luces de cortesía le sientan francamente bien. Otra curiosidad es que cuando abres el coche con el telemando desde el exterior, la iluminación interior es azul, pero al abrir la puerta, se vuelve banca.
Para usar el coche, existe un mando que sale por detrás del volante, muy grueso cuyo cometido es enceder el coche, engranar la marcha atrás, marcha adelante, la posición de estacionamiento y el punto muerto. En un BMW convencional automático, hacia atrás se engrana la D y hacia delante, la R. En el BMW i3, es al revés.
Otra curiosidad es que los asientos son finos y tienen una forma peculiar, casi tipo baquet sin el obvio apoyo lateral que tendría un asiento de competición. Una vez lo hemos ajustado en nuestra posición idónea, sólo nos queda arrancar este tecnológico coche y ver cómo ha sido el día a día.